DEL PACTO HISTÓRICO - COALICIÓN al PACTO HISTÓRICO - PARTIDO
Posibilidades reales, retos y rutas
Convertir al Pacto Histórico de una coalición electoral a un partido político con militancia propia y personería jurídica no es sólo un trámite administrativo; es una apuesta estratégica que reordena el sistema de alianzas, la disciplina interna, el control de recursos y la proyección de poder para 2026 y más allá.
Este texto examina, con sustento jurídico y ejemplos históricos del sistema de partidos colombiano, qué tan viable es esa transición, qué rutas están abiertas, cuáles son sus riesgos, y cómo se puede conducir el proceso para llegar a una organización partidaria unificada y capaz de disputar el gobierno como opción real de poder.
1) QUÉ ES HOY EL PACTO y POR QUÉ PRETENDE UNIFICARSE
El Pacto Histórico nació como coalición de partidos y movimientos (Colombia Humana, UP, Polo Democrático, MAIS, AICO, ADA, Partido Comunista, entre otros) que articularon listas y consultas en 2022 para alcanzar mayorías legislativas y la Presidencia. La Misión de Observación Electoral (MOE) documentó estas coaliciones y su impacto en las legislativas, situando al Pacto como la alianza de centro-izquierda e izquierda más amplia de ese ciclo.
Desde 2024 y a lo largo de 2025, distintos liderazgos del Pacto impulsaron la fusión en un partido único para ordenar candidaturas, militancia y finanzas; esta idea fue discutida públicamente, con apoyo de sectores afines y resistencias de fuerzas que temen perder identidad (por ejemplo, MAIS o ADA). En 2025, la coalición avanzó en reglas internas y consultas de precandidaturas para 2026, y ha realizado gestiones ante el CNE para viabilizar su personería jurídica unificada; incluso ha convocado movilizaciones para que el tribunal electoral resuelva pronto sobre la fusión.
2) QUÉ EXIGE LA LEY PARA TENER PERSONERÍA
a) Umbral constitucional y reconocimiento
La personería jurídica de partidos y movimientos se reconoce por el CNE cuando se alcanza el umbral mínimo de votos en elecciones de Senado o Cámara. El Acto Legislativo 01 de 2009 elevó ese umbral al 3 % de los votos válidos a nivel nacional (modificando el art. 108 de la Constitución).
b) Doble militancia y disciplina
La Ley 1475 de 2011 regula la vida interna de los partidos, prohibiendo la doble militancia: nadie puede pertenecer simultáneamente a más de un partido, ni directivos/candidatos pueden apoyar listas de otra organización salvo que medie renuncia en los plazos estatutarios. La Sección Quinta del Consejo de Estado ha aplicado y precisado estas prohibiciones en jurisprudencia contenciosa.
c) Coaliciones: útiles para competir, insuficientes para “ser un partido”
Las coaliciones son figuras operativas para conformar listas conjuntas a corporaciones públicas (reguladas, entre otros, por la Resolución 2151 de 2019 del CNE). Pero una coalición no es una persona jurídica distinta de sus integrantes; por tanto, no adquiere personería propia. Si se quiere pasar a “partido único”, se requiere un acto de fusión/incorporación que extinga o integre personerías existentes en una nueva organización con estatutos únicos.
d) Fusión, escisión y disolución
La ruta legal para que varias colectividades confluyan en una sola es la fusión (o la incorporación), prevista en el régimen estatutario (Ley 1475) y desarrollada por actos administrativos del CNE; allí se establecen efectos y límites (por ejemplo, no puede haber fusión si hay procesos sancionatorios en curso).
e) Registro estatutario y afiliación
Todo partido debe inscribir ante el CNE su acta de fundación, estatutos, programa/plataforma y un registro de afiliados (protección de datos incluida). En suma: sin estatutos únicos y padrón de militantes, no hay partido nuevo.
3) RUTAS POSIBLES PARA EL PACTO HISTÓRICO y SU FACTIBILIDAD
Ruta 1: Fusión de partidos con personería para crear el Pacto como único partido
Es la vía más directa y coherente con el derecho vigente: implica acuerdos orgánicos para disolver o integrar personerías en una sola, con estatutos comunes, órganos de dirección unificados y un régimen disciplinario común. Obstáculos: (i) resistencias identitarias de algunos aliados; (ii) eventuales trabas administrativas o tempos del CNE; (iii) eventuales tutelas o litigios que impugnen la forma de la fusión o la representación. La coyuntura reciente muestra que el CNE evalúa —incluso con ponencias adversas— asuntos claves como escisiones dentro de partidos aliados (p. ej., el caso MAIS), lo que condiciona el ritmo de una fusión amplia.
Ruta 2: Constituir un partido por firmas (GSC) y alcanzar el umbral del 3 %
La ley admite que un Grupo Significativo de Ciudadanos que postule listas al Congreso y logre el umbral pueda solicitar personería y convertirse en partido. Es jurídicamente posible, pero políticamente menos racional para el Pacto, que ya dispone de varias personerías y bancadas: obligaría a competir sin las ventajas institucionales actuales y a posponer la unificación real hasta después de otra elección.
Ruta 3: Vía judicial-reparatoria (excepcional y hoy incierta)
La Sentencia SU-257 de 2021 permitió excepcionar el umbral y restituir personería al Nuevo Liberalismo por razones de justicia restaurativa (violencia y exterminio). Sin embargo, en 2024-2025 el Consejo de Estado anuló personerías que el CNE había reconocido por interpretaciones extensivas (casos Creemos, Todos Somos Colombia, Soy Porque Somos), reduciendo el margen para “atajos” jurisprudenciales. Apostarle a esta vía hoy es riesgoso y políticamente costoso.
Balance de factibilidad. La Ruta 1 (fusión) luce la más sólida y acorde con el diseño institucional; la Ruta 2 es posible pero poco eficiente para una coalición gobernante; la Ruta 3 es jurídicamente frágil en la coyuntura actual.
4) DIFICULTADES y RETOS DEL TRÁNSITO A PARTIDO
a) Retos jurídico-electorales
1. Tiempo y discrecionalidad: el CNE fija calendarios de consultas y decide sobre fusiones; retrasos o ponencias negativas afectan la ingeniería electoral del Pacto en 2025-2026.
2. Doble militancia: mientras no haya un único “techo partidario”, apoyar candidaturas “por fuera” o simultanear militancias expone a sanciones y nulidades. Un partido único exige depuración de afiliación y disciplina.
3. Coalición ≠ personería: aunque útil para listas y consultas, la coalición no crea una persona jurídica autónoma; sin fusión, no hay partido.
b) Retos organizativos
1. Estatutos y órganos: se requiere un estatuto único que ordene bancadas, democracia interna, paridad, régimen disciplinario y mecanismos de consulta/elección. La Corte Constitucional avaló contenidos mínimos de organización democrática en su revisión de la Ley 1475.
2. Registro de militancia: el CNE exige padrón de afiliados; sin eso, la “militancia propia” es nominal.
3. Finances y control: centralización de cuentas, cumplimiento de topes, y reporte ante el Fondo Nacional de Financiación Política (FNFP).
c) Retos político-culturales
El Pacto es heterogéneo: convergen corrientes social-demócratas, izquierdas clásicas, ambientalismos, movimientos indígenas y ciudadanismos. Cuando no hay cultura política homogénea, surgen conflictos por selección de candidaturas, reparto de reposición de votos, líneas programáticas y estilos de liderazgo. La experiencia colombiana ofrece lecciones:
Polo Democrático Alternativo (PDA): nació de una fusión (PDI + Alternativa Democrática) y vivió fracturas notorias entre “moderados” y “radicales”, hasta que liderazgos como Gustavo Petro y Lucho Garzón rompieron o disintieron públicamente (2009-2011).
Alianza Verde-Progresistas (2013-2014): la integración de Progresistas al Verde redibujó el centro-izquierda, pero también generó tensiones sobre dirección y apoyos en Bogotá; muestra que sumar personerías no garantiza cohesión si no hay reglas claras y confianza construida.
Estas experiencias advierten que unificación jurídica sin unificación cultural desemboca en parálisis, micro-facciones y conflictos por avales. Para el Pacto, el riesgo es doble: perder capacidad de seleccionar listas competitivas y diluir su marca programática.
5) ESCENARIOS 2025-2026 (con riesgos y mitigaciones)
Escenario A: fusión parcial aprobada por el CNE.
Posible autorización de una fusión “núcleo” (Colombia Humana, UP, PCC, sectores del Polo, etc.) mientras otras colectividades (p. ej., MAIS) no se incorporan por ahora. Riesgo: litigios sobre escisiones y representatividad; la prensa ha reportado ponencias adversas en el CNE sobre la escisión de MAIS, lo que mostraría un terreno movedizo. Mitigación: blindaje jurídico de los acuerdos de incorporación y gobernanza transicional.
Escenario B: negativa del CNE o dilaciones.
Si no hay fusión a tiempo, el Pacto puede competir con listas de coalición y consulta interpartidista, pero seguirá sin personería única (menos eficiencia en financiación, disciplina y marca). Mitigación: pactar reglas obligatorias de coalición (programa, distribución de reposición y compromisos de bancada) bajo la Resolución 2151 de 2019.
Escenario C: ruta mixta (partido + confederación).
Conformar el partido núcleo y firmar acuerdos federativos con quienes permanezcan por fuera, armonizando avales y consultas. Riesgo: la doble militancia vuelve a asomar en territorios si no se definen exclusividades de apoyo. Mitigación: cláusulas anti-doble militancia y ventanillas de afiliación con renuncia previa donde corresponda.
Contexto político inmediato.
La decisión sobre el “salto” a partido se cruza con tensiones públicas, llamados a consultas y movilizaciones, y señalamientos cruzados sobre el rol del CNE en la definición de la fusión/consulta. Este telón de fondo eleva la incertidumbre, pero también la urgencia de reglas internas claras.
6) HOJA DE RUTA PROPUESTA PARA CONSOLIDAR UN PARTIDO UNIFICADO
1. Pacto estatutario único: redactar y aprobar estatutos con: modelo de bancadas y disciplina (incluyendo régimen sancionatorio por doble militancia); paridad y reglas de inclusión; órganos directivos (nacional/territorial) con períodos, funciones y controles; mecanismos de consulta (internas/interpartidistas) y veedurías; código de ética y tribunal de garantías. (Base constitucional y estatutaria de la Ley 1475 y su revisión por la Corte).
2. Registro de afiliación: construir un padrón de militantes depurado (con renuncias cruzadas donde aplique), garantizando protección de datos; requisito ineludible para la inscripción ante el CNE.
3. Gobernanza transicional: instalar una dirección colegiada provisional con representación proporcional de las fuerzas integradas, con mandato claro para conducir la fusión, preparar consultas y diseñar listas cerradas competitivas.
4. Financiación y cumplimiento: unificar cuentas y reportes conforme al FNFP, protocolos de auditoría interna y compliance electoral (topes, propaganda, encuestas).
5. Sistema de selección de candidaturas: preferir consultas internas (o interpartidistas en transición) en la fecha señalada por el CNE, con reglas uniformes y observación independiente.
6. Programa y marca: un programa único (no un mínimo común denominador), con prioridades verificables y lineamientos territoriales; manual de uso de marca para evitar dispersiones y “franquicias” locales.
7. Escuela de cuadros: instalar una escuela de formación para homogenizar la cultura organizativa (ética pública, políticas sectoriales, negociación legislativa, gestión territorial, prevención de violencias y enfoque diferencial).
8. Mecanismo de resolución de disputas: tribunal estatutario con plazos perentorios para conflictos por avales, listas y recursos; decisiones obligatorias y publicitadas.
9. Cláusulas federativas (si hay aliados por fuera): acuerdos de cooperación electoral que eviten solapamientos y bloqueen la doble militancia, hasta que ocurra una incorporación plena.
7) ¿QUÉ CONFLICTOS PUEDEN SURGIR SI NO HAY CULTURA POLÍTICA HOMOGÉNEA?
Selección de candidaturas y “baronías” locales: sin criterios unificados, la competencia entre corrientes produce listas débiles o “fracturas” territoriales. Las experiencias del PDA y de la Alianza Verde-Progresistas evidencian cómo divergencias ideológicas y de estilo de liderazgo desatan crisis internas y deserciones.
Disciplina y bancada: si los estatutos no definen asuntos de conciencia y lineamientos de bancada, los legisladores se desmarcan y el partido pierde capacidad de negociación en el Congreso. (La Constitución y la ley exigen actuar como bancada).
Finanzas y transparencia: varias cajas y contabilidades parciales multiplican riesgos de sanciones y daños reputacionales; de ahí la importancia de la unificación financiera bajo reglas del FNFP.
Relación movimientos-partidos: si el núcleo partidario no integra orgánicamente a movimientos sociales, reaparecen tensiones sobre agenda programática y prioridades (ambiental, étnica, territorial).
IDEAS FUERZA A MANERA DE CIERRE
En términos jurídicos e institucionales, sí es posible que el Pacto Histórico pase de coalición a partido con personería jurídica; la ruta más robusta es la fusión de colectividades con estatutos y militancia unificados, seguida del registro ante el CNE. En cambio, la vía por firmas es menos eficiente para una fuerza que ya gobierna y tiene bancadas, y la ruta judicial hoy luce incierta tras recientes anulaciones del Consejo de Estado que restringen interpretaciones expansivas sobre personerías.
El éxito del tránsito no depende sólo de los requisitos formales; exige convergencia política real: reglas claras para seleccionar candidaturas, una marca programática común, un padrón de militantes verificable y una disciplina de bancada que alinee estrategia legislativa y electoral. Si el Pacto logra traducir su diversidad en unidad funcional —y no sólo en sumatoria de personerías— podrá institucionalizarse como partido, ordenar su oferta para 2026 y proyectarse como opción de poder. Si, por el contrario, la unificación jurídica no va acompañada de una cultura política compartida, el resultado reproducirá la historia de otras experiencias de fusión en Colombia: fragmentación, disputas por avales y pérdida de competitividad.
CARLOS MEDINA GALLEGO
Historiador- Analista Político
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