miércoles, 6 de diciembre de 2017


Siete grandes avances del proceso de conversaciones de paz con el ELN

CARLOS MEDINA GALLEGO
Universidad Nacional de Colombia
Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz


Al finalizar el cuarto ciclo de conversaciones de paz entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) el pasado 1 de Diciembre en la ciudad de Quito, se cierra este año de actividades de las dos delegaciones con avances que no por pequeños dejan de ser significativos y que mantienen viva la esperanza de sacar adelante un proceso cargado de incertidumbres y no pocas dificultades.

La renuncia a la delegación del gobierno de Juan Camilo Restrepo y del General (r) Eduardo Herrera Berbel, al finalizar este ciclo, no debe ser vista como una señal de crisis, sino como el resultado de dinámicas e intereses personales,  de tipo familiar y profesional, que son naturales en estos procesos y que abren la oportunidad para que se produzcan los ajustes necesarios y pertinentes en la delegación que oxigenen la mesa y le den una nueva y más vigorosa dinámica al proceso.

Desde luego que han existido y seguirán existiendo tensiones internas al interior de la mesa de conversaciones que son apenas la expresión natural de los intereses en pugna y que por difíciles que sean es necesario que las partes se comprometan en lo que les corresponde a superarlas. Los incidentes que se han producido a lo largo de todo el proceso en el desarrollo de la confrontación y durante el cese bilateral como el asesinato 24 de octubre de 2017 del Gobernador indígena Aulio Isarama Forastero y la desaparición de uno de sus familiares – Jhon Eriberto Isarama Forastero- a manos del Frente de Guerra Occidental del ELN, la muerte de 9 campesinos en las jornadas de protesta por la erradicación forzada en Tumaco y, la muerte de la comunicadora indígena Efigenia Vázquez, en Kokonuco en el Cauca, entre otros, como los ataques de las fuerzas militares a campamentos del ELN, o la masacre de Magüí Payán, no dejan de ser altamente preocupantes, pero hasta ahora, con voluntad política y serenidad, se les ha dado un tratamiento adecuado que ha permitido que la mesa siga conversando y el cese bilateral se mantenga.

Una valoración del proceso de conversaciones entre el gobierno nacional y el ELN, a todas luces deja un saldo positivo con al menos siete grandes avances en materia de conversaciones y acuerdos:

Primero. Existe una agenda de conversaciones que fue el resultado de un largo proceso exploratorio que se tomó casi cuatro años y que hoy es la base esencial de los diálogos. Una agenda que tiene unas características específicas de interconexión determinante de puntos que pueden permitir que se avance con celeridad en su desarrollo, si se cuenta con las voluntades y osadías para hacerlo innovando de manera contundente en los procedimientos.

Segundo.  Hay una mesa pública de diálogos bilateral y abierta que funciona por ahora en la ciudad de Quito – Ecuador, con un amplio y solidario acompañamiento internacional del Grupo de Países de Apoyo, Acompañamiento y Cooperación, compuesto por Alemania, Italia, Holanda, Suecia y Suiza; así como a los países garantes, Brasil, Chile, Cuba, Noruega, Venezuela y desde luego del país sede de los diálogos Ecuador, con las posibilidades de interlocución con distintos sectores de la sociedad colombiana que la han visitado para exponer sus puntos de vista y ayudar a construir el proceso. A esto hay que sumar la valioso y decidida participación y colaboración de la Iglesia colombiana y de otras iglesias del país.     

Tercero.  Se puso en marcha el primer Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional (CFBTN) entre el Gobierno Nacional y el ELN, que constituye un patrimonio de confianza en el proceso, que cuenta con un Mecanismo de Veeduría y Verificación (MV&V), proporcionado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ha jugado un papel determinante en el proceso y cuyos informes resultan de la mayor importancia para el aumento de la credibilidad nacional en el proceso. Cese al fuego bilateral que es un prerrequisito para la participación de la sociedad civil y el desarrollo mismo de la agenda.

Cuarto. Se han realizado diez audiencias públicas para generar insumos que permitan la elaboración de las metodologías de la participación de la sociedad, en el desarrollo de los puntos de agenda y,  que han sido a la vez, un importante indicador de lo que puede ser esa participación.  

Quinto. Se ha abordado y definido rutas para el tratamiento humanitario de los más urgentes situaciones del conflicto que convocan aspectos como: Detener los crímenes contra los líderes sociales, políticos y defensores de derechos humanos; reconocer las responsabilidades, por acción o por omisión, del Estado y la Fuerza Pública, en el desarrollo de los mismos; reconocer la responsabilidad del ELN en los asesinatos de los líderes del Choco y de la crisis humanitaria generada en el departamento por la confrontación con otros grupos armados ilegales y comprometerse con la generación de una solución humanitaria a la situación de las poblaciones afectadas por el conflicto en el Choco; Impulsar proyectos pilotos de desminado humanitario en Choco y Nariño, como Gestos de paz; dar un tratamiento humanitario y garantizar los derechos fundamentales de los prisioneros políticos así como los derechos humanos superando las practicas institucionales represivas.   

El gobierno se ha comprometido en el aspecto humanitario a: i. La publicación del proyecto de decreto para agilizar y fortalecer el Sistema de Alertas Tempranas.ii. El desarrollo de un esquema integral que mejore la condición humanitaria de los reclusos militantes del ELN que se encuentren en cárceles colombianas. iii. Impulsar la pronta aplicación de la Ley 1820 de 2016 (Ley de Amnistía) y el Decreto 277 de 2017, en lo referido a la despenalización de la protesta y, iv. Verificar que no se obstaculice el flujo normal de víveres y medicamentos hacia las comunidades aisladas. Todos estos aspectos son avances significativos del proceso que deben consolidarse en ejecuciones reales.

Sexto. El proceso ha generado una Gestoría de Paz, por parte del ELN,  que cuenta actualmente, con dos representantes de la organización, Eduardo Martínez y Juan Carlos Cuellar, que vienen realizando un interesante trabajo de pedagogía y relacionamiento social institucional en los distintos territorios del país, que resulta de la mayor utilidad para el proceso, pues constituye una avanzada de la organización hacia la vida social, política e institucional de la nación.

Séptimo. Se ha ido construyendo de manera solidaria y natural una base social, intelectual y política importante de acompañamiento al proceso que puede jugar en distintos momentos del mismo papeles fundamentales.

A manera de balance concluyente se puede afirmar que si bien todo no ha marchado como se quisiera, si se han producido una serie de logros significativos que constituyen el patrimonio inicial de un proceso que puede llegar a ser exitoso transitando un camino que no se muestra nada fácil. El ELN está mirando por el espejo retrovisor las dificultades que viene atravesando la etapa de implementación del acuerdo con las FARC y tiene puesta la mirada en la situación de desgaste del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la dura contienda electoral que se avecina en el 2018.

Hace ya varias décadas Jorge Eliecer Gaitán, el caudillo liberal sacrificado por la violencia bipartidista, señalaba que “Lo imposible no es más que lo difícil visto por ojos donde no ha nacido la fe y muerto la esperanza” y,  a este proceso, hay que ponerle fe y mantener viva la esperanza.   

   

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Apreciado profesor por mantener la Fe y animar a la esperanza.
    Atento saludo.

    ResponderEliminar
  2. un tratado de paz suele ser la mejor manera de que se una, una nacion entera, evitando las colpensiones historia laboral que de alguna manera u otra puedan afectar el estado de cada pais.

    ResponderEliminar