Cese al fuego
bilateral y participación
El primer
pasó de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y el Ejército de
Liberación Nacional –ELN-
CARLOS
MEDINA GALLEGO
Docente –
Investigador
Universidad
Nacional de Colombia
Centro de
Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz -CPSPP
1.
Sobre
el cese al fuego y las hostilidades.
Luego de 18 meses de haberse dado a conocer la
agenda de conversaciones entre el gobierno colombiano y el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) -marzo de 2016- en la ciudad de Caracas-Venezuela y, a ocho meses de instalada la mesa pública-Febrero
de 2017- en la ciudad de Quito-Ecuador, las partes dan un primer paso al
acordar un Cese Bilateral al fuego temporal, establecer criterios para el
manejo humanitario del mismo e iniciar la dinámica de participación de la
sociedad en el desarrollo de las conversaciones a través de audiencias públicas
y virtuales, cuyo propósito será proporcionar insumos para definir la ruta
metodológica de la participación de las comunidades y en general de la sociedad
colombiana en el desarrollo de los puntos de agenda.
Desde el 1 de Octubre y hasta el 9 de enero de 2018,
el ELN, el Gobierno y la Fuerza pública colombiana, con el acompañamiento de la
iglesia, la ONU y las comunidades mantendrán las coordinaciones necesarias para
que no se produzcan incidentes que puedan entorpecer el desarrollo de los
diálogos. Durante este periodo se desarrollaran acciones humanitarias por cada
una de las partes que buscan poner fin a los secuestros, detener los ataques a la infraestructura, la
siembra de minas y el reclutamiento de jóvenes, así como, contener el asesinato de líderes sociales y
populares, combatir el fenómeno paramilitar y mejorar la situación de los
presos políticos en las cárceles colombianas, entre otras acciones que
ambienten la realización de los diálogos.
Dadas las características de este cese bilateral
que se da sosteniendo las condiciones de
confrontación los niveles de coordinación entre las partes y las alertas tempranas de posibles e
indeseados enfrentamientos, como la interferencia de otros grupos armados
obligan a manejar con el mayor rigor posible los protocolos y definiciones
construidas al respecto por las partes. Ahora los diálogos tienen la
responsabilidad de cuidar ese activo fundamental de las conversaciones que es el
cese bilateral y avanzar en el desarrollo de los puntos de la agenda, de manera
que los logros que se alcancen al respecto obliguen a la prolongación del cese
bilateral, de manera permanente hasta que se pueda hacer definitivo, conforme
ha mostrado su interés el presidente Juan Manuel Santos.
El comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, al dar la orden a todas las estructuras de la organización de cumplir cabalmente con el cese bilateral al fuego y detener las hostilidades hace particular referencia al cumplimiento estricto de la palabra empeñada en este acuerdo, que si se quiere, puede considerarse el primer logro alcanzado por la organización en el desarrollo de los diálogos, en razón que fue el ELN quien insistió durante meses, conjuntamente con sectores de la sociedad civil, en demandar al gobierno nacional como prerrequisito de los diálogos y condición necesaria de los mismos el cese bilateral al fuego, el primero en la historia del conflicto armado con esta organización.
2. Sobre la participación social en los
diálogos.
Declarado y en marcha el
cese bilateral, ahora la mayor urgencia la constituye definir en las próximas
semanas las rutas de participación de la sociedad para que la agenda pueda ser
desarrollada dentro del espíritu que guía la misma cuya particularidad se
centra en el hecho que es la sociedad la protagonista central de esos diálogos
y quien define en la práctica, no solamente las formas de su vinculación y su
alcance, sino, adicionalmente la parte sustancial de la agenda en lo referente
a la definición temática de los cambios
necesarios para la paz.
Lo primero, que resulta inevitable
realizar en este ambiente de cero
confrontación es la definición de la ruta metodológica de la participación
de la sociedad, su naturaleza, sus dinámicas y sus alcances en término de
definiciones sustantivas en materia de cambios y transformaciones necesarias
para que se hagan explicitas situaciones de mejoramiento de las condiciones
sociales, económicas y políticas de la nación que por sí mismas hagan
innecesario el uso de las armas en el desarrollo del conflicto colombiano. La
mesa ha acordado la realización de dos audiencias públicas presenciales y dos
audiencias públicas virtuales, para que las distintas expresiones de la
sociedad civil organizada y en general de la sociedad en su conjunto se
expresen en torno al problema de la
participación que constituye el primer punto de agenda, pero, que ineludiblemente, está unido a los puntos dos y tres, que hacen
referencia a la democracia para la paz
y a los cambios necesarios.
No son
pocos los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses para pensar y
proponer escenarios de participación, por parte de las organizaciones sociales,
los movimientos políticos y la academia en escenarios que comprometen los
territorios donde con mayor intensidad se ha desarrollado la confrontación y
mayor interés tienen para que está llegue a su fin. Vale la pena señalar los
esfuerzos realizados por la Redprodepaz y
la campaña Paz Completa, con el apoyo del PNUD, que adelantaron entre mayo
y agosto de este año, una consulta, en la que participaron de manera directa
756 personas en representación de 228 organizaciones comunitarias y que comprometió
una población compuesta por mujeres, jóvenes, campesinos, afros, indígenas,
cooperativistas, líderes de procesos urbanos, sindicalistas, ambientalistas, comunidad
LGTBI, Iglesias, autoridades locales, centros de promoción al desarrollo,
defensores de derechos humanos, programas de desarrollo y paz, académicos,
comunicadores, entre otros, en el marco del reconocimiento de la diversidad social, comunitaria, política e
institucional que tiene el país. Las regiones contempladas para este ejercicio fueron
Chocó, Arauca, Antioquia, Magdalena Medio, Catatumbo y el Suroccidente
colombiano zonas en que el ELN tiene su mayor influencia.
En esos territorios se
recogió y se sistematizo un importante material de opiniones que seguramente ha
de ser muy útil a las audiencias convocadas por la mesa a partir del 23 de
Octubre de presente año.
No es fácil satisfacer las expectativas que al respecto de la
participación de la sociedad señala el acuerdo al afirmar que está será en función de iniciativas y propuestas que
hagan viable la paz en el curso y contexto del proceso; sobre los temas de la agenda y, como un ejercicio dinámico y activo,
incluyente y pluralista, que permita construir visión común de paz que propicie
las transformaciones para la nación y las regiones”, en un contexto de
escepticismo creciente del cumplimiento institucional de los acuerdos con las
FARC y sin una estrategia de comunicación gubernamental clara y motivante para
las poblaciones a las que tradicionalmente se les ha reprimido e incumplido. No
obstante, existe una manifiesta voluntad de participación si al menos se
cumplen cuatro condiciones que las comunidades consideran esenciales: primero,
que se ofrezcan las garantías de seguridad, no estigmatización, ni
señalamiento, pero, sobre todo, no haya
retaliaciones y persecuciones posteriores que conduzcan en ningún casos a
establecer vínculos inexistentes de los participantes con el ELN y a abrir
procesos de judicialización; segundo, que los acuerdos y pactos a los que se
llegue, se cumplan al pie de la letra y no se generen expectativas sobre los
mismos que terminan incumpliéndose y generando nuevas frustraciones en las
comunidades. Tercero. Participar desde los procesos organizativos, las
autonomías y agendas con las que se han construidos las luchas y resistencias
en los territorios en la demanda de derechos fundamentales y, cuarto, que a los
diálogos se convoque a todos los sectores del país, no solamente a las clases
subalternas, sino a los sectores empresariales y a las elites nacionales,
regionales y locales, así como a la institucionalidad del Estado para que el
dialogo sea realmente nacional, sectorial, pluralista y de albergue a los
diferentes tipos de intereses.
El cese bilateral al fuego y las posibilidades
de dar curso al primer punto de la agenda constituyen un importante logro de
este proceso que hay que proteger y acompañar.
Octubre,
4 de 2017.
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