100 constructores
de paz para el proceso Gobierno - ELN
Elementos
para pensar la metodología de la participación social
CARLOS
MEDINA GALLEGO
Docente –Investigador
Universidad
Nacional de Colombia
Centro de
Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz –CPSPP-
De Quito comienzan a
llegar los primeros comunicados conjuntos de las delegaciones de paz del
Gobierno Nacional y el ELN, lo que representa una buena señal de que las conversaciones,
que en esta fase de construcción de confianzas y primeros acuerdos no es fácil,
van marchando a ritmo lento pero seguro. La decisión de trabajar en dos
subcomisiones, con un solo cuerpo de
mesa, le permite a las delegaciones
avanzar sin premuras en la búsqueda de los consensos necesarios para llegar a
los primeros acuerdos que por su naturaleza son de implementación inmediata en
la medida en que son prerrequisito para ambientar y ponen en marcha los diálogos
propiamente dichos.
La subcomisión
humanitaria, tiene la responsabilidad de construir un acuerdo de
desescalamiento de la confrontación y de cese de hostilidades que acabe el
secuestro y la ola de asesinatos contra los dirigentes sociales y políticos y, pensar
en la posibilidad real de implementar un cese al fuego bilateral y focalizado,
sobre áreas que en este momento lo requieren con urgencia para facilitar los
procesos de participación social y que ayudarían, adicionalmente, a la fase de implementación
de acuerdos que se encuentra en marcha. Un cese al fuego focalizado que les
permita a las Fuerzas Militares centrar su atención en la lucha contra las
bandas criminales y el paramilitarismo. Resulta muy difícil que la participación
de la sociedad se de en medio del conflicto armado y eso requiere que las
partes se pongan de acuerdo en cómo crear las condiciones de seguridad para que
los diálogos que se den en los territorios no tengan incidentes que lamentar.
Por su parte la subcomisión
metodológica debe trabajar para encontrar una propuesta lo más
realista, objetiva y práctica para que la participación de la sociedad sea
productiva y sus aportes sean vinculantes a los puntos de agenda que los
convoca. Desde la experiencia que el Centro de Pensamiento y Seguimiento al
Diálogo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia ha adquirido en relación con
los Foros Nacionales y Regionales solicitados por la mesa de la Habana y la participación
en la organización y desarrollo de la Segunda
Asamblea Nacional por la Paz convocada conjuntamente con la Unión Sindical
Obrera (USO), las enseñanzas y los aprendizajes adquiridos en estos procesos
nos ubican frente a dos procedimientos complementarios y útiles para garantizar
la participación efectiva de la sociedad en general. Primero, la realización de
eventos de naturaleza “masiva”, pero cualificada, en los distintos territorios
en que se quieran desarrollar diálogos que giren en torno a problemas
territoriales y poblacionales específicos, en donde se ventilen de manera clara
propuestas que puedan ser organizadas alrededor de grandes ejes temáticos.
Segundo. Crear una mesa de diálogo permanente de la sociedad, compuesta por 100
Constructores de Paz, de la que hagan parte las dirigencias reconocidas
y legitimas del movimiento campesino, indígena, afrodescendiente, obrero, popular
y estudiantil; así como representantes
del movimiento de mujeres, población LGTBI, movimiento juvenil y ambiental y,
otros movimientos que se consideren esenciales para los diálogos. Pero Igualmente,
donde participen los sectores productivos a través de sus organizaciones
gremiales y centros de estudio, que hagan presencia la Sociedad de Agricultores
de Colombia SAC; la Asociación Nacional de Industriales, ANDI; la Federación
Nacional de Ganaderos, FEDEGAN; la Confederación Colombiana de Cámaras de
Comercio, CONFECAMARAS; Representantes de empresas transnacionales que trabajan
en sectores estratégicos de la economía como el minero-energético, de
infraestructura y el agroindustrial, entre otros.
Una mesa que
convoque representantes de los movimientos sociales y políticos, en la que se
den cita todos los partidos para reflexionar sobre los temas de la democracia y
la organización del sistema político y electoral del país y, de los procesos
que conducen a la ampliación y profundización de la democracia.
Deben estar igualmente
representados sectores de la academia que puedan contribuir de la mejor manera
a la construcción de propuestas viables en un proceso que por su naturaleza se
da de manera colectiva.
Desarrollar un número
representativo de encuentros masivos
que vayan definiendo un interlocutor legítimo de la sociedad que conformen ese
equipo de trabajo de 100 Constructores de
paz, como un capital social, calificado y legítimo de la sociedad que ayude
de manera sistemática al procesamiento y elaboración de propuestas, a través de
mesas o comisiones especializadas podría ser una ruta para construir los diálogos
con la sociedad y fortalecer la legitimidad de las decisiones de la mesa. No obstante, cualquiera que sea el camino metodológico
que se decida, lo importante es que las partes estén de acuerdo y el país sienta
que el proceso avanza y marcha por buen camino.
21 de Febrero de
2017
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