52 años de lucha armada y
un proceso de paz en "marcha" con el ELN
CARLOS MEDINA GALLEGO
Docente
Investigador
Universidad
Nacional de Colombia
Centro de
Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz- CPSPP
Grupo de
Investigación en Seguridad y Defensa- GISDE
En la historia del Ejército de Liberación Nacional –ELN-
hay tres momentos fundacionales importantes: la conformación de la
brigada pro-liberación José Antonio Galán, con la adopción de la consigna
comunera de ni un pasa atrás liberación o muerte (NUPALOM), en el marco
de un pacto revolucionario de jóvenes rebeldes en un ritual donde está presente
Ernesto “che” Guevara y se decide el impulso de la teoría insurreccional del foco
guerrillero en Colombia en los primeros meses de 1963, en el marco del fervor
de la revolución Cubana; el segundo momento lo constituye la primera marcha
guerrillera, emprendida el 4 de Julio de 1964 en el municipio de San Vicente de
Chucuri para hacer efectivo el compromiso adquirido y, el último, la toma de
Simacota el 7 de enero de 1965, como el hecho práctico del inicio de la lucha
armada. De ese momento a hoy han transcurrido 52 años de historias de
compromiso, guerra, tragedia y dolor que hoy buscan afanosamente un escenario
posible de solución política negociada.
La aparición pública del ELN, su primera acción militar
en Simacota, se acompaña de un manifiesto que en enunciados breves busca
expresar el punto de vista de la organización acerca de la propiedad agraria,
las condiciones de existencia de los obreros, los pequeños y medianos
productores, la educación, la salud, la vivienda, asumir una posición antiimperialista e
informar el inicio de la lucha revolucionaria, sin otro objetivo, en el
momento, que el de derrocar el gobierno convocando a los protagonistas del conflicto
social y llamando al pueblo liberal y conservador, a hacer frente a la
oligarquía de ambos partidos.
Han transcurrido 52 años desde el momento en que se da
la primera marcha el 4 de Julio de 1964, es claro que el país y el mundo se han
transformado de manera sustancial y que el régimen de explotación, exclusión,
pobreza y desigualdad permanecen… También es claro, que el ELN se ha
transformado, el más joven de todos los combatientes, que asistió a la toma de
Simacota, Nicolás Rodríguez Bautista, hoy tiene 63 años, persiste en las
ideas que dan origen a su compromiso y, desde hace algo más de 25 años, conduce
la organización hacia un proceso de solución política negociada y paz.
El ELN debe ser caracterizado como una organización
social y política en armas, cuya fortaleza no está en su capacidad de
ejército, sino, en lo esencial, en su relacionamiento con la población y
su compromiso con los cambios de las regiones en que hace presencia, de ahí su
insistencia en la participación decidida de la sociedad civil en los procesos
de negociación y que la paz se construya desde los territorios.
Más allá de las temáticas generales que se corresponden
con la canasta de derechos sociales que han de mover la conflictividad
futura (trabajo, salud, educación, vivienda…), de la lucha por una
democracia incluyente y respetuosa de la diferencia, del tema de las víctimas
del conflicto y los derechos humanos de la población, el tema central del
ELN tiene que ver con la política minero energética, el medio ambiente y los
recursos naturales, aspectos que la organización ha reivindicado
desde mediados de la década de los ochenta.
Hoy el ELN, puede contar con un mayor apoyo
si toca con suficiente y pragmática inteligencia el tema minero energético,
prestando especial atención a la minería artesanal y tradicional, a la pequeña
y mediana minería, a la legalización de los títulos mineros de pequeños y
medianos propietarios, a la revisión de la política de distribución y
condiciones de inversión de regalías en los territorios productivos, al manejo
ambiental por parte de las trasnacionales, a la conservación de los recursos
naturales como recursos estratégicos de la nación (aguas, páramos, humedales,
selvas y ecosistemas frágiles…entre otros), al compromiso social empresarial
con las poblaciones y los territorios. Si enfrenta con decisión la minería
ilegal en manos de paramilitares y bandas criminales y legaliza socialmente
su propia minería.
La experiencia ha demostrado que no existe ningún
inconveniente para que la sociedad civil participe en un proceso de
conversaciones y haga sus aportes correspondientes a la construcción de
imaginarios de paz y convivencia democrática, en el marco de una propuesta
metodológica viable y un propósito específico. Los puntos de agenda que se
conocen, acordados entre el gobierno y el ELN, seguramente tomaran en
consideración obligados aspectos de los temas acordados en La Habana que
competen al interés general en un único sistema político y para una única
nación.
Este 4 de
Julio de 2016, se cumplen cincuenta y dos años del inicio de la lucha
armada del ELN. El país entero está
esperando que el ELN y el Gobierno superen todos los inconvenientes y
marchen conjuntamente hacia un escenario de conversaciones para la
solución política negociada del conflicto armado. El presidente Juan Manuel
Santos tiene mayor interés en este proceso y Nicolás Rodríguez Bautista ha
dicho recientemente que están a la espera de sentarse a conversar sobre la agenda
dada a conocer el 30 de Marzo, resultante de la fase exploratoria que precede la MESA PUBLICA. Esperamos con ansiedad ese importante y
trascendente hecho, para el cual, distintos sectores de la sociedad civil se
han movido con especial responsabilidad y esperanza.
4 de Julio de 2014-2016
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